Inductancia
En electromagnetismo y electrónica, la inductancia (
), es una medida de la
oposición a un cambio de corriente de un inductor o bobina que almacena energía en presencia de un campo
magnético, y se define como la relación entre el flujo magnético (
) y la intensidad
de corriente eléctrica (
) que circula por la bobina
y el número de vueltas (N) de el devanado:
La inductancia depende de
las características físicas del conductor y de la longitud del mismo. Si se
enrolla un conductor, la inductancia aumenta. Con muchas espiras se tendrá más
inductancia que con pocas. Si a esto añadimos un núcleo de ferrita,
aumentaremos considerablemente la inductancia.
El flujo que aparece en
esta definición es el flujo producido por la corriente
exclusivamente.
No deben incluirse flujos producidos por otras corrientes ni por imanes
situados cerca ni por ondas electromagnéticas.
Esta definición es de poca
utilidad porque es difícil medir el flujo abrazado por un conductor. En cambio
se pueden medir las variaciones del flujo y eso sólo a través del voltaje
inducido en el
conductor por la variación del flujo. Con ello llegamos a una definición de
inductancia equivalente pero hecha a base de cantidades que se pueden medir,
esto es, la corriente, el tiempo y la tensión:
En el SI, la unidad de la inductancia es el henrio (H), llamada así en honor al
científico estadounidense Joseph
Henry. 1 H = 1 Wb/A, donde el flujo se expresa en weber y la intensidad en amperios.
El término
"inductancia" fue empleado por primera vez por Oliver Heaviside en febrero de 1886, mientras que el símbolo
se utiliza en
honor al físico Heinrich Lenz.
La inductancia siempre es
positiva, salvo en ciertos circuitos electrónicos especialmente concebidos para
simular inductancias negativas, y los valores de inductancia prácticos, van de
unos décimos de nH para un conductor de 1 milímetro de largo, hasta varias
decenas de miles de Henrios para bobinas hechas de miles de vueltas alrededor
de núcleos ferromagnéticos.